REPOSO TROPICAL
Con la luna cuajada en tu mirada
Guarecidos en el nicho del Caribe,
¡Presea mía! yo te escucho:
-Recítame de nuevo mi poema- tu musitas...
Si mi amor, yo respondo:
“Yo era el minero novato,
Y tú, la piedra preciosa.
No hice nada. Te encontré.
En la forma más pura.
Te encontré y eres mía.
Cuando hablas, tu voz diáfana,
Trae la frescura y el misterio
De grutas vírgenes.
Me armo de horas como jaras,
Y te exploro.
Eres como un océano,
Y yo, un buque nocturno.
Y mis ansias insaciables te navegan.
Eres como nubes,
En mi cielo raso e insaboro.
Y así como ellas, eres suave,
Como algodón de azúcar.
Tu inteligencia, es como el cielo,
Y yo, como un árido desierto.
He de beber hasta tu última estrella.
Hay noches de luna como esta
Que te siento como un árbol frondoso.
Y yo soy tus raíces.
Y respiro por tus ramas,
Y veo tu lluvia de anhelos
Y se convierte en tormenta,
Y mi suelo se estremece.
A veces te veo, como un sol inmenso,
Y yo, me siento como un insecto,
Temeroso aún de abrir mis alas.
Y cuando los celos,
Me hacen llagas en las sienes
Y me alejo,
Tu belleza se marchita
Y tu día se obscurece,
¡Es inevitable!
Entonces regreso.
Y mi lámpara incesante te despierta.
De pronto,
Hay un caudal de besos frenéticos,
Una cascada de pasiones en ese cauce seco,
Poniendo un luto a las penurias de mi alma.
¡Eres mía! ¡Eres mía!”
Ahora la luna se despide,
Y tus ojos se cierran en reposo.
Mientras yo, te observo,
Tranquilo de saber que eres mía.
Con la luna cuajada en tu mirada
Guarecidos en el nicho del Caribe,
¡Presea mía! yo te escucho:
-Recítame de nuevo mi poema- tu musitas...
Si mi amor, yo respondo:
“Yo era el minero novato,
Y tú, la piedra preciosa.
No hice nada. Te encontré.
En la forma más pura.
Te encontré y eres mía.
Cuando hablas, tu voz diáfana,
Trae la frescura y el misterio
De grutas vírgenes.
Me armo de horas como jaras,
Y te exploro.
Eres como un océano,
Y yo, un buque nocturno.
Y mis ansias insaciables te navegan.
Eres como nubes,
En mi cielo raso e insaboro.
Y así como ellas, eres suave,
Como algodón de azúcar.
Tu inteligencia, es como el cielo,
Y yo, como un árido desierto.
He de beber hasta tu última estrella.
Hay noches de luna como esta
Que te siento como un árbol frondoso.
Y yo soy tus raíces.
Y respiro por tus ramas,
Y veo tu lluvia de anhelos
Y se convierte en tormenta,
Y mi suelo se estremece.
A veces te veo, como un sol inmenso,
Y yo, me siento como un insecto,
Temeroso aún de abrir mis alas.
Y cuando los celos,
Me hacen llagas en las sienes
Y me alejo,
Tu belleza se marchita
Y tu día se obscurece,
¡Es inevitable!
Entonces regreso.
Y mi lámpara incesante te despierta.
De pronto,
Hay un caudal de besos frenéticos,
Una cascada de pasiones en ese cauce seco,
Poniendo un luto a las penurias de mi alma.
¡Eres mía! ¡Eres mía!”
Ahora la luna se despide,
Y tus ojos se cierran en reposo.
Mientras yo, te observo,
Tranquilo de saber que eres mía.
Tommy Duque
Oct-1-1985
Salt Lake City
Oct-1-1985
Salt Lake City
No hay comentarios:
Publicar un comentario